Es el legendario imperio del té pero ahora se vuelca al café: en Japón toman el grano de alta gama. Aquí se dijo ya que es el principal comprador de Blue Mountain, el Rolls Royce de los cafés. Pero además, en la isla se están imponiendo otros consumos sofisticados: los baristas sirven la bebida con aroma a lichi, condimentado con jazmín o en vaso de vino (el espresso Chardonnay) en pequeños bares especializados en estas exquisiteces. Japón importa unas 430.000 toneladas de café por año, justo por detrás de los Estados Unidos y de Alemania, y se enorgullece de contar con algunos de los mejores expertos del mundo en este arte. La isla tiene un buen palmarés en el World Barista Championship (WBC), con un ganador en 2014, Hidenori Izaki, y un finalista este año, Yoshikazu Iwase. Sus atributos: la creatividad, las mezclas y el perfeccionismo.
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El imperio del café gourmet
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