¿Cómo transformaron el café en oro? Ésta es la pregunta que le hace el diario inglés The Telegraph a Giuseppe Lavazza, el capo de la empresa italiana más grande de café. Como todas las gestas heroicas, empieza con una fábula de pobreza, la de un emprendedor que se mudó a Turín y pidió prestadas 50 liras. Hoy, la empresa que dirige su bisnieto factura más de mil millones de euros por año y es sinónimo en todo el mundo de café italiano de alta calidad. Pero también está frente a su máximo desafío: la llegada de Starbucks a Italia, el país que más se resistió a la invasión estadounidense. “No estamos preocupados, Starbucks será bienvenida”, dice Giuseppe con diplomacia: “No somos competidores. Es una propuesta muy diferente de la nuestra”. Es cierto que Lavazza no tiene cafeterías propias pero… ¿podrá aguantar sin hundirse el avance de la sirenita verde?
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