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Ser o no ser meme: ésa es la cuestión

Con un marco de seis corazones pixelados y titilantes, la estrella de mar Patricio lleva sus manos a las mejillas, balancea sus pies nerviosamente y dilata las pupilas de sus ojos bizcos. Está enamorado. No me diga que no sabe quién es Patricio o que nunca lo vio: es el mejor amigo de Bob Esponja y el protagonista del meme más famoso de la historia, que acaba de llegar a las mil millones de reproducciones. Según el sitio Giphy, que compila los gifs (o fotos con movimiento) que después serán imágenes virales, las series Bob Esponja, The Office, Saturday Night Live y Game of Thrones, entre algunas otras, son las que tienen más uso como gifs, por sus escenas antológicas o remates legendarios, y así definen el primer mandamiento del éxito televisivo actual: en una época de consumos culturales fugaces y espasmódicos, serás meme o no serás nada. 

Los memes también dicen algo de las audiencias: el público adora repetir lo que ya conoce.

 

“Nooooo!”, grita desencajado Michael Scott, el jefe apasionado de la sitcom The Office, y esa imagen congelada con la boca abierta será una réplica infinita a comentarios de distinto tono en las redes sociales (al cierre de este texto, el grito tiene casi 700 millones de reproducciones y está cerca de ser más famoso que el de Munch). Las escenas que se vuelven memes dicen algo de los programas que las contienen: representan emociones universales e inequívocas, sean amor, horror, odio o felicidad, y pueden interpretarse fuera de su contexto original y en cualquier idioma. Como emojis actuados por famosos, son el esperanto de la cultura popular. Pero los memes también dicen algo de las audiencias: el público adora repetir lo que ya conoce. La serie más vista en Netflix de los Estados Unidos es precisamente The Office (acá está en Prime Video) y por eso se tomó como una noticia bomba el anuncio de que Michael Scott y sus compañeros de oficina abandonarán la plataforma en el año 2021 para ser las estrellas del nuevo streaming de NBC, el canal de aire que emitió sus nueve temporadas. Un tanque como Stranger Things convoca a millones de espectadores en los días posteriores a su estreno, pero se olvida rápido: la virtud de un clásico es permanecer en el tiempo y aun así seguir siendo relevante.

Por definición, el meme es hiperbólico: en esas fotos con movimiento en loop, Patricio está muy enamorado y Michael Scott, muy horrorizado. Los personajes se perpetúan en un sentimiento eternizado. Es que la red social es el escenario perfecto para las emociones más venales y todo se expresa con los gestos ampulosos de la comedia o el drama: es una imitación de la vida. 

Publicado en La Nación

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Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.