Uno de los carteles más odiosos de la historia (“el baño es de uso exclusivo de los clientes”) pronto podría ser un recuerdo: ante la falta de baños públicos en las grandes ciudades, la aplicación AirPnP usa el GPS para localizar vecinos cerca de tu zona que te permitan… pasar al baño. La app se basa en una red colaborativa que, a la manera de las que avisan adónde hay wi-fi gratuito, orienta al transeúnte con apuros. Y parece una reacción frente a la tarifación de las necesidades corporales: en Nueva York se anuncia la apertura de Posh, Stow y Go, una cadena de minicabinas dispuestas por las calles de Manhattan para dejar las bolsas de la compra y usar un baño químico por 8 dólares.
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