Un espresso en la bicisenda

Si el paquete de galletitas Cerealitas es la más perfecta colación portátil jamás inventada, ¿por qué no acompañarla con un espresso mientras uno pedalea? El invento del año se llama Velopresso y amenaza con revolucionar los desayunos y las meriendas en las calles de las grandes ciudades: es un triciclo que usa la energía generada en cinco segundos de pedaleo para moler los granos. Puro café tracción a sangre.
Fanáticos de la vida al aire libre, los jóvenes diseñadores industriales ingleses Amos Reid y Lasse Oiva crearon un vehículo multifunción que uniera dos de sus mayores pasiones: la bicicleta y el café. El agua se mantiene caliente gracias a un hornito de campamento y montaron una cafetera de 15 bares de presión para preparar una tacita humeante ahí donde cualquiera necesite una inyección de cafeína en pleno paseo. Ya recibieron un crédito de un banco alemán para producir un prototipo y ahora buscan la manera de comercializar su Velopresso en todo el mundo: alientan la revolución en bicicleta.
Mientras en Buenos Aires la ciclovía ya superó los 100 kilómetros y el uso de la bici se duplicó en los últimos años, el diseñador Reid dice que su creación está en sintonía con un furor mundial: “El Velopresso fue concebido en el contexto de un renacimiento global por la cultura ciclista, inspirada por el deseo de tener ciudades más sustentables”. Que lo deportivo no enfríe la infusión: “La escena urbana del café también se está expandiendo y diversificando, y se une con la movida de las bicis. El Velopresso se compromete con estas nuevas culturas urbanas”.
Publicado en Cerealitas