“Acá el café no es joda”: escrita en tiza sobre una pared-pizarrón, la advertencia cumple la misión de alertar al incauto. En Lattente, el café se toma en serio. El barista colombiano Daniel Cifuentes hace escuela con sus espressos y también sirve infusiones manuales, filtradas o preparadas con la Aeropress, la bomba de vacío que es el nuevo fetiche de los iniciados. Con escasas mesas en un local sobre una calle inmune al frenesí palermitano, aquí se pueden encontrar bebidas que superan los clásicos macchiatos o capuccinos, como el Flat White (el café con leche que es la bebida nacional de Australia) o el Baileys Latte, con un toque de licor. Se recomienda el blend colombiano Satisfacción (60% de Yumai Estrella Dorada; 40% de Guanes Genuino), un viaje a las tierras de Juan Valdez y su fiel mula Conchita. Aquí el café se venera. En la pared, otra frase resume la sinrazón del que entrega su vida a una pasión: “Sólo a un loco de remate se le ocurriría emprender el camino del conocimiento”.
Thames 1891, Palermo Soho
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Lattente: satisfacción garantizada
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