Si en los últimos años se comprobó que el café también puede ser una obra de arte, ¿para cuándo una retrospectiva en el museo? Fascinado con la imaginería surrealista de Salvador Dalí, el barista japonés Kazuki Yamamoto, de 26 años, llevó el arte latte a otro nivel. Diestro en la creación de impresionantes esculturas tridimensionales de espuma de animales y personajes de dibujos animados, ahora se inspira en pinturas famosas, como La persistencia de la memoria (o “Los relojes blandos”). El artista Yamamoto sirve sus creaciones a los clientes del Cafe 10g en Osaka, Japón. Y su técnica perfecciona el uso de espuma de crema de leche al vapor espeso, lo que le permite que su obra se levante de la taza.
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Un café con leche surrealista

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