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Aeropress, aire puro en la bomba de vacío

“Es un dispositivo neumático para el colado de café. Consiste en dos cilindros de poliéster, de los cuales el más pequeño tiene un émbolo de goma que encaja en el cilindro más grande, creando un sello hermético, similar al de una jeringa”: con la precisa descripción clínica de todo breve diccionario, el librito A-Z Coffee define la Aeropress. En todo el mundo, la cafetera del momento. Aun en su corta edad es tan célebre que ya se celebra el Torneo Mundial de Aeropress. El más virtuoso en la ejecución de esta maquinita unplugged, desenchufada en honor de la erogación artesanal, se convierte en campeón internacional y recibe un pistón de oro como trofeo.
Aeropress 1En tiempos de chips integrados y electrónica omnipresente (¡siempre conectados!), la Aeropress es un sistema manual de preparación de café que, en estas poquísimas temporadas, consiguió multitudes de seguidores. Es que tiene apenas ocho años. En el 2005, el voluntarioso genio loco estadounidense Alan Adler, creador del frisbee más rápido de la historia, entre otras genialidades, se empeñó en inventar una cafetera que no exigiera enchufes ni bombas eléctricas. Y como el eureka siempre hace combustión entre la inspiración y la transpiración, sus horas de observación paciente de otros métodos para preparar café le encendieron la chispa: el mayor acierto de la Aeropress es su combinación de la clásica prensa francesa con el filtro de papel. En tiempo récord, utiliza la presión del aire para preparar una infusión con más aceites y menos sedimentos. Aun las manitos más torpes pueden convertirse en las de un hábil barista: primero se coloca el café adentro del tubo plástico con un pequeño filtro, se vierte el agua caliente y se deja reposar durante unos 10 segundos para que se mezcle bien. Después sólo habrá que utilizar la prensa manual, como una jeringa, para extraer la bebida.
Se dice que el resultado es un pocillo tan fuerte como un espresso. Que la bebida es menos ácida que un café de filtro. Y que la presión del aire es el secreto para exprimir a fondo el sabor de los granos molidos. Celebrada en las ferias de inventos y en las cafeterías más enteradas, la Aeropress se consigue en la Argentina por unos 330 pesos. Con la sencillez de las ideotas más geniales y sin respuestas ante la pregunta obvia (“¿cómo no se me ocurrió a mí?”), la bomba de vacío te puede dejar lleno de alegría cafetera.
Publicado en Clarín

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Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.