Para las primeras tardes del otoño, las delicias de un cafecito con crema: en las lejanas estepas ucranianas, la jarrita típica (casi un souvenir folklórico) se convirtió en inspiración para estos potecitos de crema y leche para agregar al café. El diseñador ruso Pavel Kulinsky bautizó Krinka a su creación, como homenaje a las alforjas tradicionales que los campesinos rellenan con leche recién ordeñada. Del tambo, a la mesa del bar.
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Café con crema: del tambo a la mesa
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