C

Comer, rezar, amar en chino básico

“Hasta ahora fui madre, abuela y esposa. Me fui para encontrarme a mí misma”: podría decirse que la gesta de Su Min es un pequeño paso para la mujer y un gran salto para la mitad de la humanidad. A los 56 años dejó a su marido abusivo para recorrer unos 13 mil kilómetros de China durante seis meses y en el camino se transformó en el último icono nacido y criado a la luz de internet: con casi un millón y medio de seguidores en la red social Weibo, el Facebook oriental, su viaje fue observado en vivo y en directo por una comunidad que temió por ella ante cada imprevisto (la noche que diluvió dentro de su carpa o cuando una falla mecánica de su Volkswagen Polo amenazó con dejarla a pie) y alentó la revolución cultural de esta época: la rebelión de las mujeres.

 

Una abuela china, flamante icono feminista: recorrió unos 13 mil kilómetros durante seis meses y mostró todo por internet.

 

Nacida en el Tíbet y radicada en la provincia de Henan, Su Min renunció a su trabajo en una fábrica, cargó su auto con lo indispensable y en una paródica reversión femenina de Corre, Conejo, la patriarcal novela de John Updike en que un marido huye de su casa para despejarse de la asfixia familiar, en septiembre anunció a su esposo, hija y nietos que se iría a cruzar el país. Nunca había viajado. Pero con esa mezcla de valentía y temeridad que cualquier travesía despierta en el aventurero, Su Min durmió bajo una carpa de lona enganchada del portaequipajes a los árboles, comió al aire libre y transmitió sus días por internet. El hashtag #RunawayWife (“esposa fugitiva”) la convirtió en un emblema feminista. “Su inesperada popularidad refleja la colisión de dos fuerzas mayoritarias en la sociedad china”, escribió Vivian Wang, la corresponsal en Beijing del diario The New York Times: “La veloz propagación de internet y la floreciente conciencia de igualdad de género en un país donde los roles tradicionales están profundamente arraigados, sobre todo en las generaciones mayores”. Aun cuando el deslumbrante desarrollo tecnológico chino constituya un fenomenal aparato de control social, lo cual quedó demostrado durante la cuarentena, siempre existen grietas en el sistema: nadie imaginó que una abuela agobiada por la rutina doméstica podría ser la inspiración que 700 millones de mujeres estaban esperando aunque no lo supieran.

 

“Antes del viaje pensaba que era la única persona infeliz del mundo”, dijo Su Min. En marzo volvió a su casa, protagonizó la campaña por el día de la mujer de un shopping online y ahora prepara su próximo viaje, en el que se propone recorrer toda la China. Si fuera posible (¡lo es!) viajará sola en su auto, pero acompañada por una multitud de mujeres que anhelan el momento de poner primera.

 

Publicado en La Nación

CategoriesSin categoría
Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.