El artista que pinta retratos con café

Hace unos días, recibí un mail dirigido al “jefé del café“. Tragué saliva. Lo firmaba Omar Panosetti, un gran ilustrador y artista plástico, al que no conocía personalmente (y miren que es grosso el señor, eh). Misterioso, me citó en un café de Colegiales y me dijo: “Tengo algo para mostrarte”. La curiosidad me pudo. Cuando llegué al bar, Omar ya estaba esperando que le traigan un café con leche y una medialuna y, después de los saludos de protocolo, abrió las páginas de su cuaderno. Quedé maravillado por los dibujos: herido de locura por nuestra infusión favorita, Omar empezó a pintar las escenas que observa en las cafeterías de su barrio, agregando los diálogos que imagina en boca de esos parroquianos, creando un mundo donde apenas existe una instantánea. Me contó que, en su taller, prepara café con una Volturno e, intrigado por las posibilidades pictóricas de la bebida, empezó a pintar con café. El resultado es una acuarela espesa, que tiñe de ocre los dibujos, con el tono melancólico de los cafetines de por acá. Como yapa, Omar me pidió permiso para dibujarme. Dije que sí, obvio. Y unos días después recibí otro correo, con el Sommelier de Café como más le gusta estar: empapado de espresso…