Primero la alarma fue mundial. Ahora también es local. Una semana después de que se conociera el dato sobre el derrumbe del consumo de café en el planeta, la Argentina presenta sus números en rojo: cayó 40% el consumo de café y 90% la facturación. Según la Cámara Argentina del Café, “la aparición de la pandemia golpeó en la industria de manera significativa con un alto impacto en caída de ventas, dado que la mayoría de los tostaderos, todas empresas pymes, son proveedores del sector gastronómico y hotelero y desde marzo están prácticamente sin poder facturar”. La facturación de las cafetaleras nacionales bajó un 90%, ya que la entrega a domicilio y la compra para llevar solo alcanza al 10% de las ventas. Es evidente: sus principales clientes son los bares, restaurantes y cafeterías que permanecen cerrados desde marzo y en aquellas provincias donde ya abrieron las ventas alcanzan solo al 30% de la facturación regular por las normas de salubridad y la desconfianza de los clientes. El número final es impactante: según los empresarios del ramo, en estos cuatro meses de cuarentena se dejaron de tomar 720 millones de pocillos de café en la Argentina.
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El café que tampoco tomamos acá
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Nicolás Artusi
Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.