La Tercera Ola del café: el mundo coincide en decir que “el café es el nuevo vino”. ¡Salud!
En discusión con todas las normas de urbanidad de nuestras tías al beber la sopa, se debe sorber haciendo ruido. ¡Slurrrrp! Esta es la primera regla de la cata de café porque así el líquido inunda toda la boca y se evita la quemadura de la lengua. Se habla de “varietales” o “cosechas” y el paladar entrenado encuentra taninos en los granos de la variedad robusta: una tacita de espresso puede encerrar todo un mundo. El ritual de la cata se llama “cupping” (en inglés, “cup” es taza) y consiste en disponer varios pocillos alineados con distintas variedades de café, a consideración del experto. Como en el vino, intervienen cuatro sentidos (en orden de aparición, la vista, el olfato, el gusto y el tacto) en la búsqueda del espesor de la espuma, la intensidad de la fragancia, la acidez del grano o el peso de la bebida sobre la lengua. Por eso, no es ociosa la comparación tajante: el café es el nuevo vino.
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