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El regreso de los muertos vivos

En mi ya lejano paso por el periodismo musical, de varios cantantes escuché decir “es un muerto” (no insista: no pienso dar nombres). La crítica rockera comparte con la crónica deportiva un lenguaje funebrero en que al artista o al delantero abúlicos, desganados o catatónicos se los acusa de ser exactamente lo contrario a vivos. Pero la manía de esta época supera cualquier diagnóstico: se anuncia que Whitney Houston saldrá de tour. Si la gira es otro subterfugio del artista cabulero para no mencionar a la innombrable (“Fulano se fue de gira”, dirá en el velorio) aquí es evidencia pura: Whitney Houston murió hace siete años. La que saldrá de tour es una imagen holográfica de ella misma que no exige hoteles cinco estrellas ni agüita francesa para el camarín, apenas: un enchufe y un proyector. Y que devela, otra vez, la adicción del pop a su propio pasado.

Siete años después de su muerte, Whitney Houston saldrá de gira. Y también habrá un disco con canciones descartadas de su debut de 1985, una línea de merchandising y una comedia musical sobre su vida.

 

“¿Puede ser que el peligro más grande para el futuro de nuestra cultura musical sea… su pasado?”, empezó preguntándose el crítico inglés Simon Reynolds en su ya célebre libro Retromanía. A la cantidad de bandas que vuelven a reunirse, grupos tributo, álbumes recopilatorios, biopics de ídolos, reediciones aniversario y giras despedida ahora se suman los hologramas de cantantes muertos que “vuelven a la vida” (por un rato y siempre que no se corte la luz). Hace tres años, el holograma de Whitney estuvo a punto de debutar en el programa The Voice en un dueto junto a Christina Aguilera pero el experimento se canceló a último momento porque el efecto no era verosímil. Ahora sus herederos anuncian que su mimesis virtual está lista para una gira, y que será como verla viva de nuevo, y que además habrá un disco con canciones descartadas de su debut de 1985, una línea de merchandising y una comedia musical sobre su vida. Según Reynolds, “nunca antes una sociedad estuvo tan obsesionada como la nuestra con los artefactos culturales de su pasado inmediato”. Mientras Elton John rejuvenece en el cine, los Rolling Stones editan su enésimo disco de éxitos y Cher enumera su trayectoria en Broadway, ¿qué pasará cuando nos quedemos sin pasado?

La fascinación por las modas, los sonidos y las estrellas del ayer reciente (una década atrás, o menos) es lo que distingue lo retro del anticuarismo. El truco óptico será efectivo cuando avive la ilusión de que podemos volver en el tiempo y deshacer lo inevitable. Si es cierto que el presente se convirtió en un momento incómodo, porque vivimos añorando las cosas que colmaron nuestro pasado, hoy se nos permite ver lo imposible: el regreso de los muertos vivos.  

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Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.