¿Cada cuánto hay que lavar tu taza de café? Nunca. Según un estudio divulgado en varios medios, la composición de bacterias que encuentres viviendo incrustadas no serán muy distintas a las que tienes en la boca. Eso sí, deberías limpiar la taza de café siempre que vayas a compartirla o cuando queden restos de azúcar o leche en la taza. “Una cosa que debemos tener clara es que siempre, siempre, siempre vamos a encontrar bacterias. En nuestro mundo la bacterias están prácticamente en todas partes. Bien vivas y reproduciéndose, bien en forma resistente, esperando a un momento mejor. Nuestra taza de café no es una excepción”, dicen en el sitio Hipertextual.
Y siguen: “No importa que cada mañana echemos café hirviendo en ella: no conseguiremos esterilizar la taza a no ser que la limpiemos en un autoclave. Las bacterias seguirán ahí, entre los restos relativamente húmedos de café de ayer, esperando un momento mejor para crecer y multiplicarse. ¿Entonces? No pasa absolutamente nada. Porque dichas bacterias proceden en su grandísima mayoría de tu boca. ¿Y si has estado enfermo recientemente? Tampoco hay problema. Al menos para ti. En primer lugar porque ya estás inmunizado y cualquier tipo de bacteria infecciosa procedente de tu malestar ya no te afectará. Los virus, por otro lado, no sobreviven (si es que esta frase tiene sentido) fuera del cuerpo humano”.
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Elogio de la mugre
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