&

"Kick-Ass": pegame que me gusta

Es un adolescente que quiere ser superhéroe pero tiene un solo poder: “Ser absolutamente invisible para las chicas”. Entre el gore y los golpes bajos, las aventuras nocturnas de un quinceañero que está de capa caída.

 

coffee-break-web1Llamado a la solidaridad: se ruega cualquier información sobre el paradero actual del peluquín de Nicolas Cage. Incluso en una de superhéroes, con abundancia de truca y patada limpia, no se puede despegar la mirada de ese gato monumental con el que el actor de carácter corona su testa. En Kick-Ass, estreno de este jueves, Nicolas es Big Daddy, un ex policía que cria a una niña prodigio (Hit-Girl) en el equívoco arte de ser un superhéroe y, mientras la ciudad duerme, se cruzarán con el valiente que da título a la película: consagrado en YouTube, un quinceañero promedio que se calza el maillot verde para cumplir con su sueño de Superman vocacional. Y que su único poder es “ser absolutamente invisible para las chicas”. “Listo para machacar” es el subtítulo que Kick-Ass recibió en España (¿acaso de los mismos creadores de Jo, qué noche para Después de hora?): uno, dos, ultraviolento, el guión expone a un nadapoderoso a las excursiones nocturnas en su lucha contra el mal, de donde vuelve casi muerto. Pero más allá del presunto plagio al cómic argentino Doméstico (que su autor Sebastián de Caro denunció en el Sí! la semana pasada), en la superposición de tramas está el problema principal de Kick-Ass. Mientras la historia del adolescente/héroe resulta una digna cruza de Supercool con Jackass –con ebullición hormonal, porrazos descerebrados y hasta la aparición del mismo actor consagrado como el entrañable McLovin’-, la trama paralela del padre y la hija increíbles abusa de los tópicos de cualquier épica de superhéroes: el archivillano, el compañero, la identidad oculta, la baticueva. Resuelto a hacer de la nena una irrompible, Big Daddy le mete varios tiros en el pecho, previa instrucción en el manejo del chaleco antibalas. Y acá la película se vuelve por lo menos dudosa, con un padre masacrando a una nena de once, en tono ya más cínico que irónico. Entre unos y otros, piñas a golpazo limpio. La violencia cartoon intenta convertirse en comedia slapstick pero falta el pulso de Tarantino. Los superhéroes, queribles inadaptados al principio, se convierten en máquinas de matar, y sonamos: Kick-Ass deja de ser Kick-Ass para parecerse a Iron Man (¡hasta vuela!), mientras las escenas finales nos dejan como a este avispón verde después de otra de sus aventuras fallidas: con la cara llena de moretones. Publicado hoy acá.
 
kick-ass-en-baja1

>>> ¿El superhéroe de Obama?

Si “Patea-traseros” es la traducción literal del nombre del superhéroe más improbable de los últimos tiempos, por ese mismo nombre podría ser el mejor aliado del presidente de los Estados Unidos: sobre el derrame de petróleo en el Golfo de México, Barack Obama dice que habla con pescadores y expertos para “saber a quién voy a patearle el trasero”.

CategoriesSin categoría
Tags
Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.