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La ciudad donde se inventó el brunch

London Eye

Crónicas de viaje: Londres 2014, día 1

This is Great Britain vineta“¿Un desayuno inglés, sir?”: la pregunta se me hace con toda la flema británica y la respuesta es inequívoca: “Yes, please”. El huevo revuelto, la papa asada, la salchicha crujiente y el tomate caliente consagran mi primera colación en Londres, junto con un tazón de café negro. Estoy aquí para celebrar las 250 emisiones del programa Brunch, justo en la ciudad donde se inventó el desayuno-almuerzo: si la comida matutina se estableció como hábito recién en la Edad Media (los romanos no conocían el desayuno), el brunch se creó en la capital del antiguo imperio británico a fines del siglo XIX. Y ahí donde se diga que somos “mediaholics”, por el placer de leer diarios y revistas impresos mientras nos entregamos al remoloneo de los domingos al mediodía, es un gran acto de justicia que el brunch haya sido inventado por un periodista. En 1895, el buen señor inglés Guy Beringer escribió una columna para la revista Hunter’s Weekly donde exigía la creación de una nueva categoría de comida dominguera que aportara alivio a los que habían salido el sábado a la noche y, por dormilones, se perdían el desayuno pero no podían aguantar hasta el almuerzo. Fue aún más lejos: propuso el neologismo “brunch” como la contracción del “breakfast” con el “lunch”. Al año siguiente, la revista Punch (¡todo en verso!) publicó que “el brunch es lo que está más a la moda por estos días”. Aunque la idea es británica, el boom después fue yanqui, en tanto Londres y Nueva York sean tan parecidas y tan diferentes: establecido como hábito en Inglaterra, se convirtió en furor en los Estados Unidos, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, donde el escepticismo generalizado hizo que los parroquianos abandonaran las misas y se entregaran al ocio matutino dominguero. Muchos años más tarde, el celebérrimo Smithsonian incluyó al brunch entre las costumbres que marcan la idiosincracia de esta época y, mientras se estudia en museos y universidades, en Londres se disfruta con huevos revueltos y panceta, café y Bloody Mary, y en Buenos Aires, con la radio como banda de sonido y la voluntad de alargar el momento más lindo de la semana: ¡que sea eterno mientras dure!

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Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.