Es una cámara fotográfica mítica y, desde ahora, también inspiración para una taza. La Leica fue la primera cámara portátil con película de 35 mm. y esta taza, a tono con los altos estándares de calidad de la óptica alemana, es de cerámica y no de plástico. Para el fotógrafo y el cafetero exquisitos, se puede elegir entre dos modelos: Noctilux-M 50 o Summarit-S 70. Por módicos 35 dólares, dos bellezas de ata precisión.
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