“Nuestro objetivo es simple: queremos que tu café, helado o galletitas sean absolutamente los más deliciosos que hayas probado”: así se presenta la cafetería Dripp Coffee, bien ubicada en Chino Hills, California. Para transmitir la idea del café como bebida preferida de los hipsters, desarrollaron un código visual que representa los objetos más caros al afecto de cualquier bohemio burgués: una cámara de fotos, un par de anteojos de marco grueso, una bicicleta, una prensa francesa y, cómo no, un vaso de café. El diseñador Salih Kucukaga se encargó de resumir este universo en un grupo de pictogramas simples, reproducidos en los vasos de la cafetería o en las láminas del menú. Además, allí se toman las mejores marcas de café que se consiguen en los Estados Unidos: Espresso Republic, Intelligentsia, Black Goat. Dicen los dueños de Dripp: “Viajamos por el mundo para conseguir los mejores ingredientes”. De cada viaje se vuelven con unos cuantos kilos de café de Ruanda, Perú, Etiopía o Guatemala.
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Los íconos cafeteros del bohemio burgués
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