El café es el nuevo vino: éste es un veredicto que se escucha desde hace diez años. Pero cada vez hay más argumentos, como la tendencia a servir la infusión en… un decantador de vino. La tendencia empezó a insinuarse en los brunch de Londres, con el objetivo de hacer más duradera la bebida (junto a esto se afirma la costumbre de tomar el café cada vez menos caliente). En la cafetería londinense Origin explican: “Preparar el café es un ritual que ofrece un tiempo para reposar, enfocarse y saborear un filtrado fresco a su propia velocidad”. Por su forma, el decantador evita que se evaporen los aromas y los sabores del café. Y esto se suma a la colección de copas cafeteras que lanzó Nespresso hace unos meses, que comparan la experiencia de tomar vino y tomar café.
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Otra vez, el café es el nuevo vino
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