Todos nosotros preferimos el café adentro de la taza pero afuera también es útil. ¿Qué dice, señor? Sí, hay otros usos para el café y a las pruebas me remito. Café como limpiador: es un producto de limpieza muy efectivo, sobre todo para las superficies difíciles del baño y la cocina, por su alto poder abrasivo; solo hay que agarrar el café molido, mezclarlo con agua y jabón y aplicar la pasta sobre la superficie roñosa. Café como exfoliante: para hacer un jabón de café primero hay que preparar una taza de café; cuando se enfríe hay que agregar dos onzas de lejía y remover hasta disolver los cristales; calentar y, con la ayuda de un termómetro, esperar a que se obtenga una temperatura de entre 120 y 130 grados centígrados y después, agregar cinco onzas de aceite de coco más cinco onzas de aceite de oliva y seis onzas de aceite de soja; calentar nuevamente, revolver con batidora durante seis minutos, verter la mezcla en recipientes y esperar que se asiente y se torne firme. Café como aromatizante: en la heladera o espacios cerrados, colocar unos granos de café en un frasco sin tapa o impregnar una tela con café líquido y… ¡respirar!

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Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.