Es una cafetera de filtro portátil que se destaca por la arrogancia de su diseño. Se llama WMF1 y en la tapa de la taza alberga un lugar para ubicar el filtro con el café molido en versión PAD (la bolsita similar a los saquitos de té, que en el mundo se venden bajo la marca Senseo). A diferencia de la cafetera tradicional de filtro (¡lenta! ¡enorme!), en menos de un minuto prepara una taza calentita y, sobre todo, no necesita de la mesada de una cocina: como un iPod, se puede llevar a la oficina o al picnic. Viene en cuatro colores, inspiradamente llamados Kiwi, Mango, Frutilla y Piedra, y se presenta en público como “la expresión de un estilo de vida individual”.
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