Se habrá dicho que el espresso tiene fanáticos, casi religiosos. Y que la bebida cortita, fuerte y espumosa es la Santa Iglesia del confesional universo cafeteril. Pero nadie había imaginado que el café puede ser una religión organizada. En los pueblitos ingleses de Preswitch y Kersal, la Navidad fue una buena ocasión para la cuarta reunión de la Espresso Church (“Iglesia del Espresso”). Reunidos alrededor de tazones bien servidos por la marca Costa Coffee, los fieles se protegieron del frío y, embebidos del espíritu navideño, compartieron recuerdos de navidades pasadas y cafés tomados. Amén.
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Tomar café de filtro es una herejía

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