Mientras los Estados Unidos arden por un crimen racista, en Australia la polémica se extiende al mundo del café: “Es una bebida para blancos”, argumentó el dueño de la cafetería Forbes and Burton, de Sydney, para no contratar como barista a Nelson Dos Santos, que es brasileño y pedía trabajo. Nelson es negro. Tiene una experiencia de nueve años detrás de una barra y es un maestro cafetero. Pero según Steven Hu, su presencia podría “molestar a los clientes” porque el fenómeno del café gourmet se da principalmente entre bebedores de raza blanca. El imbécil acto de discriminación llegó a los diarios y los noticieros australianos y, así, planteó la discusión: entre tanto hipster y WASP que hizo del espresso su religión en los países del norte, ¿puede una bebida tener prejuicios raciales?
¿Tomarías un café preparado por este hombre?
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