Existen de porcelana, de cerámica, de papel y hasta de galletita: ahora inventan las tazas hechas con granos de café. Una pequeña empresa de Berlín llamada Kaffeeform presentó su línea de pocillos como un mensaje de cuidado del planeta: utiliza granos de café ya usados. El diseñador industrial alemán Julian Lechner empezó a experimentar con el café durante sus estudios en Bolzano, Italia y tardó cuatro años en dar con la fórmula para convertir el poso de café en un elemento tan sólido como para fabricar una taza. Además de un negocio, Kaffeeform se propone como un llamado de atención para reutilizar los elementos que nos rodean.
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Un café en una taza de café
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