El destino puede ser triste para las miles de bolsas de 60 kilos de café que cruzan los océanos pero… unas pocas pueden terminar bien arropadas en una cama calentita. Caritativas, Jean y Haley Shaw, una madre y su hija de Kansas, se propusieron darles refugio a las pobres bolsas que duermen en la calle y las convierten en almohadas. ¿Un poco ásperas? Tal vez, pero por módicos 32 dólares se puede sacar una bolsita de la calle.
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Una ideota para los que sueñan con café
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