Desde el año 2000, los clientes que toman café en los supermercados yanquis 7-Eleven predicen quién será el próximo presidente. Con una original campaña titulada 7-Election, en la cadena invitan a elegir un vaso de cada uno de los principales candidatos: azul demócrata, en apoyo a Obama, o rojo republicano, en apoyo a Romney. La compulsa empezó hace dos meses pero, llegado el día del comicio real, en boca de urna los primeros resultados consagran a Obama como ganador, al menos entre los cafeteros: el actual presidente obtiene el 59 por ciento de los “votos” mientras que Romney llega al 41 por ciento. Mientras las urnas declaran un virtual empate técnico, los bebedores de café ya eligieron.
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