La Tercera Ola del café: en las grandes ciudades, combustible para la tracción a sangre
Si el café es la bebida preferida de los bohemios-burgueses (y la bicicleta, su medio de transporte favorito), era cuestión de tiempo para que la infusión se convirtiera en el combustible de la tracción a sangre. Las calles de Londres se asombran ante el paso del Velopresso, una cafetería móvil en triciclo que usa la energía generada en cinco segundos de pedaleo para moler los granos. El agua se mantiene caliente gracias a un hornito de campamento y, sobre el rodado, una cafetera profesional de 15 bares de presión prepara una tacita humeante ahí donde cualquiera necesite una inyección de cafeína en plena bicisenda. Mientras tanto, en Zurich, Velokafi es el primer bar del mundo exclusivo para ciclistas: diseñado y construido con nobles maderas del corazón europeo, es un dock para estacionar la bicicleta en una especie de pupitre y, sin bajarse de ella, degustar una taza, comer un sándwich o leer el diario.
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