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Cinco siglos de lucha en dieciséis años

Rap en mapudungun: con su variedad de palabras compuestas, diéresis, kas, acentos y dobles ve, el idioma mapuche ancestral parece especialmente complejo para la rima. Pero la raperita chilena MC Millaray ya hablaba el idioma araucano con su bisabuela y el fraseo, que se conjuga con el español, le da el tono justo para el verso. A los dieciséis años, ella carga con el peso de cinco siglos de lucha de los pueblos indígenas en Chile. Y si la nonata Constitución del siglo XXI, que habría otorgado derechos inéditos a los pobladores originarios, quedó archivada (el 62 por ciento de la población chilena votó en contra), en sus canciones ella resume el espíritu de la época: conjuga trompetas de resonancias apocalípticas con el afafán, el grito de guerra mapuche.

 

La raperita mapuche que canta en alta voz: MC Millaray carga con el peso de cinco siglos de lucha de los pueblos indígenas en Chile.

 

“Más de 500 años sin parar de luchar/ hay tierras recuperadas pero son nuestras, nuestro hogar/ seguimos resistiendo, no nos van a derrotar”, canta MC Millaray en Ser mapuche, el primer hit global de la comunidad indígena sudamericana. Su nombre significa “flor de oro” en mapudungun y ella nació en La Pincoya, un barrio al norte de Santiago donde la banda sonora de la calle hoy es el trap y el reguetón. Si tiene un anhelo, más que el despecho romántico o la insinuación lúbrica (que son las obsesiones mayores del género), ese anhelo es la reparación histórica: un regreso al Wallmapu, el territorio ancestral mapuche que según los mapas más expandidos empieza en el Pacífico y llega hasta la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires, ahí nomás de San Clemente. “Quiero dar mi vida al weichán (nota del columnista: la organización indigenista Lucha del Territorio Rebelde); quiero defender lo que es nuestro”, canta MC Millaray en Spotify, donde acumula miles y miles de reproducciones: los bombos son una provocación para los auriculares con control de bajos. Como toda maestra de ceremonias, un oficio que el rap heredó de los bailes con orquesta o las reuniones de boxeo, ella anima el escenario con camperones deportivos talle XL combinados con el típico estampado de geometría aborigen, bajo un manto coronado por cintas de colores brillantes: una virgencita profana.

 

El mapudungun sonó por los altoparlantes de Times Square cuando MC Millaray cantó en Nueva York, el autoproclamado empire state de los Estados Unidos. Hay quien dice que al ladito del Batman de gomaespuma que se saca fotos con los turistas se pudo ver al que podría ser su archienemigo o una clase distinta de superhéroe: el chemamüll, el ídolo indestructible con el que los mapuches honran a todos sus muertos.

 

Publicado en La Nación

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Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.