D

Días de gallos en las mil y una noches

Irán por todo: los raperos persas quieren conquistar medio mundo. ¿Rap en el idioma de Las mil y una noches? Así como lo lee (o escucha). Pero no solo en persa, también en azerí, aluchi o mazandaraní, entre otras lenguas que nos suenan como chino básico (perdón, ¡persa básico!). El videoclip Khanevadegi2 es un pequeño gran fenómeno en internet: con dieciocho minutos de duración, más largo aún que Thriller, muestra a treinta y ocho raperos iraníes que narran sus líricas en sus idiomas originales con los paisajes nativos de fondo. Visten con túnica o turbante y también con los remerones XL típicos del rap clásico neoyorquino pero, más allá del exotismo, la pieza es una muestra potente del mestizaje cultural y un grito de auxilio de los idiomas que riñen por no extinguirse.

 

El video, que tardó dos años en filmarse, es fascinante para cualquiera que tenga curiosidad por esa parte del mundo que no vemos ni escuchamos en las grandes narrativas: hay por lo menos un representante (a veces más) de cada una de las regiones de Irán, aun las más remotas, donde las lenguas legendarias se comparten apenas entre cuatro personas. “Aproximadamente la mitad de Irán habla persa como primer idioma”, escribió el filólogo Alexander Jabbari en Twitter: “La otra mitad habla otras lenguas, algunas con millones de personas (azerí, kurdo, árabe, guilakí, mazandaraní, aluchi, luri, talish), y muchísimas lenguas minoritarias”. El drama lingüístico se traduce en la política: tanto la monarquía de Pahlevi (1925-1979) como la Revolución Islámica actual prohibieron cualquier idioma que no sea el persa. Con orgullo del terruño, los raperos desafiaron el mandato, cantaron en sus lenguas nativas y entonces el remix cultural fue completo: eligieron el género que se inventó en las calles estadounidenses en los 70, con la letra como mantra y el flow como religión. Para la interpretación, lo que vale es el contexto: la misma barba frondosa sugiere ortodoxia chiíta si el que la usa lleva una túnica o pasa por el epítome de un hipster posmoderno cuando ese mismo hombre usa remera y chupín.

 

Días de gallos: con las calles de Teherán o las ruinas de Persépolis al fondo, los músicos ponen el acento en las diferencias que los hacen parecidos (en YouTube, el video Khanevadegi2 está subtitulado en persa e inglés). Si es cierto que en esta época las alfombras voladoras fueron reemplazadas por el celular o el fusil, la voluntad es milenaria: aunque ninguno frote como Aladino, una lámpara maravillosa alumbra las letras de los idiomas que no se resignan a desaparecer.

 

Publicado en La Nación

CategoriesSin categoría
Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.