Una verdad de Perogrullo es que el café levanta el ánimo. Pero recién ahora la ciencia descubre por qué. El efecto antidepresivo del café se debe a que la cafeína actúa, en células del cerebro, sobre unas moléculas llamadas receptores de adenosina A2A. Así lo demostró un equipo científico internacional que presentó sus resultados en la revista PNAS. Otras investigaciones habían observado que el estrés puede ser un desencadenante de algunos trastornos psiquiátricos y en especial de la depresión. También se había notado que, en períodos de estrés, muchas personas tienden a aumentar su ingesta de café. Y que la incidencia de la depresión, e incluso el riesgo de suicidio, son inversamente proporcionales al consumo de cafeína. El café parece tener un efecto protector para evitar que el estrés derive en depresión porque actúa sobre aquellos receptores que regulan neurotransmisores importantes y los deja inactivos.
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Es oficial: el café evita la depresión
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