“Seis fieles mayordomos me enseñaron lo que sé: se llaman Qué y Por qué y Cuándo y Cómo y Dónde y Quién”: aun en su retórica clasista, el gran Rudyard Kipling, uno de los grandes narradores de la historia, explica lo que es el sustento de los periodistas (resumido en las seis W inglesas, what, what, when…) y el secreto principal para construir relatos, sea un libro de la selva o el intento de un influencer por mostrar su vida maravillosa. Vivimos en una época en que ya no se habla de narrativa sino de storytelling: en las redes sociales, cualquiera de nosotros pretende contar al mundo algo de lo que sabe, cree o hace. Por eso, el libro Storytelling, de Bobette Buster, no podía ser más oportuno: recién publicado acá, ofrece herramientas para dar forma a una historia y, según promete, lograr que todo el mundo quiera escucharla.
Un ensayo sobre el nuevo arte del storytelling: ¿cuál es el secreto principal para construir buenos relatos?
“El storytelling es connatural a la esencia del ser humano”, escribe Buster, que trabaja como consultora de guiones en Disney, Pixar y Sony, entre otras productoras. Si es cierto que la narrativa ofrece claridad en un mundo opaco, y que nos ayuda a descubrir nuestros sentimientos o el entorno que nos rodea, ahora el cultivo de su arte ya no pertenece solo a escritores o guionistas: en una foto de Instagram, una charla tipo TED o un posteo de Facebook contamos nuestra historia, lo sepamos o no. Para Buster estamos entrando en La Era de la Narración, o más bien la era de la creación de contenido: gana quien tenga la mejor historia. En su libro ofrece trucos concretos (“utiliza verbos activos, usa el diccionario de sinónimos, evita los polisílabos, los términos eruditos, la hiperintelectualización, los filosofismos y la excesiva prolijidad…”) pero también alumbra aquello otro que para Kipling era esencial al narrar una historia: cómo emocionar. Es que a pesar del qué y el por qué, el padre de Mowgli “también sabía que lo que establece la conexión emocional entre el interlocutor y el relato se encuentra detrás de los hechos”.
El momento en que el niño de la selva cruza la mirada con la loba que fue su madre adoptiva o en que el chico humano y el ET levantan vuelo en bicicleta: ese “detalle resplandeciente” es lo que reúne el tema y la emoción en un solo acto. En el libro Storytelling abundan los ejemplos de vidas bien contadas que no son tan extraordinarias. Solo se trata de trasmitir la llama, como se hacía en las hogueras de las tribus antiguas, y ser más verosímil que verídico, siguiendo otro viejo precepto de los periodistas que no enseñan en ningún lado: que la realidad no arruine una buena historia.