“¿Té o café? La pregunta cortés de la sobremesa ha dejado de ser un gesto inocente en este país para convertirse en bandera de uno de los dos movimientos ciudadanos que –en una extraña guerra de infusiones– ha nacido en cuestión de meses para canalizar la impaciencia política que agita a esta sociedad desde que Barack Obama llegó al poder”: mi amigo Ernesto “Conejo” Martelli leyó estas líneas hoy en Brunch (domingos de 11 a 13 por Metro 95.1), donde el capítulo de la actualidad política yanqui elige las infusiones como bandera. Mientras los ultraconservadores se agitan en reuniones agrupadas en el Tea Party (y encabezadas por la increíble Sarah Palin), el Coffee Party es la reacción más liberal y auspiciada por los demócratas, que apuesta por la mayor participación del Estado en planes sociales. Y aunque no falta el gracioso que diga que ahora sólo falta el milk party, desde acá queda claro que siempre fuimos cafeteros.
>>> Espresso yourself!
Acaso sea el mejor slogan creado en los últimos tiempos: los creativos del Coffee Party, tan modernos ellos como todo demócrata con sus Twitter y sus Facebook, imaginaron el lema que conjuga guiño pop (canción de Madonna) + gourmetismo cafeteril: “Espresso yourself!”.
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