Hordas de adolescentes recorren las mesas de las cafeterías con vasotes en tamaño alto, grande, venti. En los últimos años, el 37 por ciento de los chicos de entre 13 y 18 años declararon tomar café (hasta el 2014 era apenas el 14 por ciento). Esto es así en los Estados Unidos pero es parecido acá, allá y en lo de mi abuela también. ¿Qué pasó? El furor de Starbucks y otras cadenas similares acercó a los más chicos al café. La pregunta es: ¿los padres deberían preocuparse? No mucho. La imagen de un chico de 13 años tomando café puede resultar incongruente para algunos, porque suele ser un hábito de mayores, pero la revista Time publicó un informe para tranquilizar a los grandes: el café tiene antioxidantes, efectos anti-inflamatorios, reduce los riesgos de patologías cardíacas y no interfiere demasiado con el sueño. Pero también advirtió de las trampas de las grandes cadenas: todo lo que se le pone encima al café (leche, crema, azúcar, jarabe, chocolate) no es tan bueno para los chicos. Un ejemplo: el Double Chocolate Chip Crème Frappuccino de Starbucks tiene 52 gramos de azúcar cuando lo máximo recomendado por día para un adolescente es… 25 gramos.
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Huele a espíritu adolescente
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Nicolás Artusi
Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.