Si un cliché del periodismo de rock dice que un artista nuevo “está en llamas” o “es un fuego” cuando arde repentinamente al calor del éxito, esta vez es literal y no simbólico: a los 36, la inglesa Yola ya es la mejor cantante del año… pero estuvo a punto de no llegar a serlo. En el 2015, un cortocircuito en la cocina de su casa en Bristol, Inglaterra, incendió pisos, paredes y techos mientras ella estaba adentro. Las llamas ardieron en minutos, pero escapó y sobrevivió para cantarlo: su disco Walk Through Fire narra cómo caminó a través del fuego y, en la literalidad de la proeza y la metáfora de la prosa, también habla de un drama de la época. Empoderada, Yola pudo huir de un noviazgo abusivo.
Yola, cantante del año y heroína de la vida real, finalmente lanzó su disco: un álbum que aviva la llama del espíritu.
“Tengo que caminar a través del fuego del amor”, canta y además se refiere a “las llamas de la destrucción” y a que “la situación es terrible”: como una versión actualizada del pop pastoral sesentista y el country clásico norteamericano pero con la cadencia vocal de una Aretha Franklin con TikTok (sus graves ponen la piel de gallina), Yola se anuncia como la voz de una generación que nunca escuchó a Dusty Springfield y que a Dolly Parton solo la conoce por un meme. Aunque ahora se desconfíe de la corona, a Yola le dicen “la nueva reina del soul” y, como en una parábola de Dickens tan cara a los afanes británicos, tiene un pasado de mendiga: nació en una familia muy pobre de Brighton, su madre le prohibió dedicarse a la música, vivió en la calle, a veces no tuvo qué comer, fue abusada por una pareja, se quedó muda debido al estrés y se prendió fuego. Pero el año pasado pudo recuperarse y editó su primer disco, que recibió elogios del sir Elton John y cuatro nominaciones a los premios Grammy, entre ellos a mejor artista nueva. Ahí donde “resiliencia”, o sea la capacidad de reponerse ante las adversidades, sea una palabra de la autoayuda más actual, cada vez que se diga podría musicalizarse con Walk Through Fire, un disco que aviva la llama del espíritu: “¿Qué puede ser peor que esto?”, dice Yola que pensó cuando estaba convertida en una antorcha humana y que entonces se iluminó con la respuesta.
Una vida en la que apenas sobrevivía. Eso era peor. Nacida para la biopic (hoy no existe narrativa que valga si no da para adaptar a serie de Netflix), Yola grabó un disco maravilloso que sirve de inspiración para todas las que deban huir de un peligro, sea el que fuere: un incendio voraz o un novio violento. En la emergencia, ella cambió la piel: “El fuego es como un limpiador instantáneo”, dice y levanta vuelo como un ave fénix con peluca afro.