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La odisea de luchar con una lata de atún

Ni sirenas ni cíclopes ni lotófagos. Los mayores obstáculos de esta odisea serán, apenas: una lata de atún que se resiste o las piedritas demasiado revueltas en el arenero. Que el título no lo confunda: el libro se llama La odisea de Homero pero no es una nueva edición de las andanzas de Odiseo mientras intenta regresar a Ítaca sino la temeraria historia de la vida en común de una escritora neoyorquina y un gatito ciego (que se llama Homero no por el patriarca de Los Simpson sino por el poeta griego que tampoco veía). Además, el libro es un pequeño fenómeno. Al principio todas las editoriales se resistían a publicarlo pero después entró en la lista de best sellers del diario The New York Times, se tradujo a quince idiomas, se editó en veintidós países y confirmó un furor de la época: la fascinación por la literatura felina.

 

El libro “La odisea de Homero” de Gwen Cooper confirma un furor de la época: la fascinación por la literatura felina.

 

Solo en los Estados Unidos hay unos noventa millones de gatos que viven en treinta y ocho millones de hogares y entre ellos Homero podría haber sido uno más salvo por el detalle de que perdió los ojos. “Pero en mi imaginación Homero es un héroe y muchas veces creo que su historia solo puede ser contada en términos épicos”, escribió la autora Gwen Cooper, que compara a su gato con Odiseo y con Daredevil, el superhéroe ciego que agudizó los sentidos del olfato y la audición y que hizo de la limitación un poder extraordinario. Ejemplo de resiliencia, el gato Homero se convierte en la inspiración principal para la vida de Cooper, narrada en estas memorias emotivas: desde los años juveniles en Miami hasta su adultez en Nueva York, ciudad en la que vivía a una cuadra de las Torres Gemelas para septiembre del 2001 (esta es la parte más escalofriante del libro: cómo hizo Homero para sobrevivir ahí donde otros no lo lograron). En su bestiario romántico, narrado como si Sex and the City se hubiera escrito para el canal Animal Planet, Cooper compara los vínculos entre animales y humanos hasta llegar a una conclusión inequívoca: mientras más conoce a los hombres más quiere a su gato.

 

Me pareció ver un lindo gatito que no ve: tras la publicación del libro, Homero se convirtió en una estrella de internet (aunque no llegó a ser tan famoso como el gato gruñón que es inspiración para infinitos memes). En La odisea de Homero se consagra el valor, la lealtad y el heroísmo de un gatito que nació con las probabilidades en contra y demostró lo imposible: que a veces, para conseguir algo, hay que dar un salto a ciegas o que, como dijo Homero (esta vez sí el poeta, no el gato), “los malos actos no prosperan y el débil confunde al fuerte”.

 

Publicado en La Nación

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Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.