Siempre exigida de novedad, la ciudad de Nueva York es la misma y es distinta cada vez que se visita. Hace unos años explotó el boom del café de especialidad. Pero ahora existen lugares nuevos para descubrir… o volver a frecuentar.
La cabra
La cafetería tope de gama de la temporada. Con inspiración escandinava (específicamente, danesa), La cabra es un lugar deslumbrante. El espresso actual viene en dos variedades (Brasil o México pero este caso hay que sumar un dolar extra) y sale de canillas empotradas en el mostrador que ocultan las cafeteras. La pastelería es deslumbrante: acompañe el café con un canele y sea feliz por quince minutos.
Little Collins
La gran cafetería nueva de NYC: a pesar del nombre con reminiscencias irlandesas, Little Collins rinde tributo al estilo australiano del café, con flat white, cold brew y filtrados de excelencia. De un lado, barra para beber de parado; del otro lado, mesas para tomar y comer el gran desayuno de omelette con chorizo.
Abraço
Uno de los epicentros de la vida social en el East Village. En Abraço, el café brasileño sale de una potente máquina La San Marco y se combina con la música del tocadiscos (en vinilo, claro), la charla animada y los juegos de cartas. El espresso sale no tan corto pero más potente que en otros lados. Obrigado.
Remi
A beber a la florería: una familia japonesa lleva adelante Remi, una boutique de flowers + coffee. La fragancia del café tostado por La Colombe se conjuga con el aroma de las flores que van de piso a techo (no apto para alérgicos ni aquellos con trauma de velorio). Es un destino shabby chic obligado: siempre en flor.
Spring Cafe Aspen
Apenas con un año y unos meses de vida, Spring Café Aspen es una rareza arquitectónica en Manhattan: a diferencia de las cuevas, tiene mesón comunal, salón con mesas y sillas y mucho espacio. Nacida en Aspen (la ciudad, no la radio), ofrece un menú totalmente orgánico y basado en plantas, como el mismísimo café.
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