¿Deberíamos empezar a comer café? Cada año, 3 mil millones de kilos de la fruta del cafeto se tiran a la basura. Por eso, el emprendedor inglés Dan Belliveau creó Coffee Flour, que no es más que harina de café obtenida de las pulpas que se desechan. En coquetas cafeterías de Londres ya se sirven muffins preparados con esta harina que surge de hacer un polvo finísimo de los residuos de la fruta. Según su promotor, la harina de café conserva cinco veces más fibra, una traza de cafeína y más antioxidantes por gramo que frutas como la granada (que está muy de moda entre los cultores del comer bien). La ideota también ofrece beneficios para los caficultores, que venden lo que antes tiraban o usaban apenas como abono para sus cultivos.
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