La historia ilustrada del vicio permitido.
“Encontramos últimamente una notable decadencia de aquel auténtico vigor inglés”, escribieron las mujeres londinenses en su infame petición de 1674, publicada en los primitivos periódicos de Inglaterra. Desatendidas e insatisfechas, exigieron la prohibición del café porque lo acusaban de la falta de deseo y la baja performance amatoria de sus maridos. Ellos contestaron con otra solicitada, donde afirmaban: “El café hace que la erección sea más vigorosa”.
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