En el invierno de 1975, cuatro pibes que tocan en una bandita de rock salen alucinados de un cine de Times Square: acaban de ver El joven Frankenstein por enésima vez y vuelven a descomponerse de risa cuando el sirviente bizco recibe a Gene Wilder en la puerta del castillo y le dice “walk this way”, camine por acá. Tanto se ríen que quieren grabar una canción con la frase. “Esa noche en el hotel, escribí la letra y la metí en mi bolsa bandolera”, recuerda Steven Tyler: “Pero cuando al día siguiente llegué al estudio, vi que no la llevaba encima. Me la había dejado en el taxi. Debía estar colocado”. Agitadísimo, subió a la terraza y garabateó la letra en una pared y esos trazos irregulares sobre el ladrillo se convirtieron en “Walk This Way”, la canción que consagró a Aerosmith. El cuentito aparece en Anatomía de la canción, un libro atrapante que recopila “la historia oral de 45 temas que transformaron el rock, el R&B y el pop” y que confirma una sospecha: para lo literario, el rock es el género más anecdótico.
Una historia oral del rock en 45 canciones favoritas: para lo literario, el rock es el género más anecdótico.
Nacido en 1956, Marc Myers escribe en el diario The Wall Street Journal sobre música, artes plásticas y diseño y en este libro recién publicado acá reúne algunas de sus columnas donde pone en práctica el grado cero del oficio periodístico: graba lo que dice el entrevistado, escucha y transcribe. “Cada capítulo adopta la forma de historia oral, algo que permite a los artistas contar las historias que se esconden tras las canciones, brindándonos además una insólita oportunidad para oír la voz del músico mientras piensa y recapitula”, dice en el prólogo: “Uno espera que los lectores tengan la sensación de que los músicos se están dirigiendo a ellos individualmente”. Adictos a la automitificación y reconocidos fabuleros, los rockeros se esfuerzan por dar estatus de leyenda a sus grandes versos: así, Joni Mitchell recuerda la cueva de Creta donde vivió un romance con el viejo gruñón que inspiró el tema “Carey” y John Fogerty confiesa que para componer “Proud Mary” se atrevió a copiar y manipular… al mismísimo Beethoven.
El rock abunda de historias jugosas. ¿Acaso quién no querría compartir la sobremesa de un asado con Mick Jagger o, entre los nuestros, Charly García o Celeste Carballo? En Anatomía de la canción, la mera antología de recuerdos se conjuga con la erudición de un autor que rastrea los orígenes de algunas piezas clásicas de la música popular. En la voz de sus creadores, la anécdota va al ritmo de la canción y ofrece un significado nuevo al eterno reclamo del fogón: ¡una que sepamos todos!