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Nuestra juventud, unida por la poesía

“¿Soy importante/ en la vida de otro?/ ¿sonríe alguien/ si recibe un mail con mi nombre?/ estaba en una fiesta/ y sentí que vos también”. Seis líneas para resumir una época y una épica: aquella en que esperábamos la llegada de un correo electrónico porque Internet, como las fiestas, era un lugar al que uno tenía que ir (el escritorio, el locutorio o el cíber) porque todavía no venía con uno. Escrito en el precámbrico 2005, es uno de los poemas de Mariano Blatt reunidos en la edición definitiva de Mi juventud unida, un librazo recién publicado que repone poemas que habían sido descartados, corrige otros y agrega los que fueron escritos en los últimos años. Pero además de la poesía y la música que emanan de estos versos (usted ponga la banda sonora que quiera pero quizá debería ser una que escuchen pibes con capucha que anden en skate o les guste mucho el fútbol), este libro tiene valor como testimonio de una época: cómo fue ser joven en las dos primeras décadas del siglo. 

 

Un libro como testigo de una generación: la de los que fuimos jóvenes en las dos primeras décadas de este siglo.

 

Noticia bomba: éste es el año en que los millennials cumplen 40. Aunque se hayan apurado en decretar la muerte del papel, un libro como Mi juventud unida (más de 400 páginas, hermosa tapa con el dibujo de un perro que captura un girasol, papel de alto gramaje y tipografía elegantísima) es un documento que reúne una poesía oral desperdigada por sitios intangibles: fotologs, blogs, videítos de YouTube, tertulias registradas por la cámara de un teléfono. En un disco de Daft Punk, en una noche en Bahrein o en un porro compartido se comprime la experiencia juvenil de los que anhelábamos belleza y felicidad y quisimos visitar un recuerdo pero el recuerdo no estaba más. Nacido en Buenos Aires en 1983, Blatt es poeta y editor pero además tiene excelente oído y mejor boca: en sus versos hay “una música inconfundible y pegadiza”, como dice la poeta Marie Gouiric, acompañada por un lenguaje cimarrón que lleva la poesía a la calle o el tablón. Al leer, resuenan las palabras dichas en tantas terrazas porteñas amanecidas entre botellas vacías y corazones repletos, antes nomás de que empezáramos a hablarnos con emojis.

 

La palabra ligera describe nuestra juventud unida: los pibes, las bicis, las birras, las fiestas, la música, el sexo. El libro es un recordatorio de usos y costumbres de una generación tironeada entre la fugacidad y la permanencia, la más comunicada y ensimismada de la historia. ¿O no? Mejor que concluya Blatt: “Este mensaje de Watsapp es solo para/ que tengas un mensaje de Watsapp/ que te diga lo lindo que sos/ cuando lo leas/ en tu descanso de 15 minutos”.

 

Publicado en La Nación

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Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.