La historia ilustrada del vicio permitido.
Salvavidas para la fatal hora de la siesta, la pausa laboral para el café se institucionalizó en 1952, cuando una campaña publicitaria de los Mad Men reales acuñó el eslogan insuperable: “Bríndese un coffee break y vea lo que el café le brinda a usted”. Había sido un encargo de la Agencia Panamericana del Café, que quería formalizar una costumbre que ya se había extendido entre patrones y empleados: para mediados del siglo XX, el 80% de las empresas consentía un recreo de 15 minutos para tomar café.
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