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Su señoría, no más preguntas

En la novela policial de la temporada no hay que descubrir quién mató a quien: lo importante es conocer a su personaje principal, una abogada transexual. Y punto. La publicación de Cuéntalo, recién editada acá, supone un pequeño paso para el hombre (o la mujer, según el pronombre que prefiera) y un gran salto para la comunidad trans: si desde El silencio de los inocentes hasta acá, el policial clásico reservaba el papel de criminal a quien se identificaba con un género distinto al que se le asignó al nacer, en esta época puede ser héroe o heroína. La abogada Erin es trans, lo mismo que Sharise, una prostituta que mató a un cliente. Y lo mismo que Robyn Gigl, la autora del libro, una abogada especializada en libertades civiles que firma la primera saga literaria con una protagonista trans: el tema no está patologizado, es una condición más de su existencia. 

 

Una nueva narrativa en la novela policial: en esta época, una persona trans puede ser héroe o heroína.

 

“Nuestros niños y niñas ahora se pueden pensar como se piensa cualquier otro u otra que quieran ser médica, ingeniera agrónoma o comunicadora social porque la sociedad está más comprometida”, me dice la activista cordobesa Marlene Wayar, autora del ensayo Travesti: una teoría lo suficientemente buena. La novela Cuéntalo es un thriller legal típico en el que los lectores empatizamos con sus personajes y, aunque todo el tiempo tememos por su destino, queremos para ellos un final feliz. Y está ambientada en 2006, cuando la comunidad trans no había logrado algunos derechos que sí tiene quince años después. En la Argentina, la sanción de las leyes de identidad de género o de cupo laboral son un aval para que las personas trans, que aún hoy tienen una expectativa de vida promedio de solo 35 años, puedan soñar con ser médicas… o abogadas defensoras. “La ley habilita la inclusión en la mirada”, concluye Marlene: “Existe un gran imaginario social en el que no estábamos representadas a pesar de la hipervisibilidad porque vos decías ‘travesti’ y todo el mundo sabía de qué estabas hablando. Ahora se trata de sumar pluralidad en la diversidad y agregar una mirada a la narrativa colectiva”.

 

Hoy existe un storytelling global y diverso. En Nueva Jersey, Robyn Gigl de día sigue trabajando como abogada y de noche escribe la próxima aventura de su personaje. Una legendaria activista travesti hablaba de “la gesta del nombre propio” como una de sus luchas más importantes y ahora uno se suma a la lista de héroes y heroínas literarios: Erin, que antes se llamaba Ian, y que puede ser un buen ejemplo para quienes quieran ser o hacer lo que sientan.

 

Publicado en La Nación

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Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.