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Tiempos violentos entre los lobos marinos

Los churros, los pescados que come en los restaurantes del Puerto, las pastas de Montecatini y todo lo que hay en el shopping Aldrey: esas son las cosas que a Rubén le gustan de Mar del Plata y si Woody Allen pudo enumerar sus propios motivos por los que vale la pena vivir en Manhattan (Groucho Marx, algunas películas suecas, Marlon Brando…) yo agregaría en el inventario: los lobos marinos, las medialunas y la playa Varese. El tal Rubén es apenas uno de los variadísimos personajes de Todos se escondieron ya, la novela coral del escritor Yuri V, que con el seudónimo busca “la garantía de una vida apaciguada y una obra sin concesiones”, y que justo en el inicio de la temporada se confirma como una sucedánea de la máxima promesa literaria americana: la Gran Novela Marplatense.

Historias corales e extraordinarias de la gran novela marplatense Todos se escondieron ya, del escritor Yuri V.

 

“Para mí, el paraíso es Mar del Plata en enero, es estar en el momento de más calor, volver de la playa y meterme en la Rambla…”, le dicen a Roxana y a ella, como a Rubén, Débora, Virginia, Elián, Charly, Mirtha y tantos más, la felicidad se les escurre en La Feliz. Mañana al mediodía los noticieros bautizarán el año con la llegada del primer turista y Mar del Plata volverá a anunciarse como uno de nuestros mitos fundacionales: el de “la ciudad más querida”, según el título de uno de los libros que cuentan su historia como pequeño mirador de la fauna nacional. Desde su faro, ese poder de observación es el que despliega Yuri V, que el año pasado ganó el certamen “La novela del verano” que organiza la librería marplatense El gran pez, elegida como la mejor del país en la Feria de Editores (Azara es la novela ganadora de esta temporada; aquí la tengo, pero todavía no llegué a leerla). La playa es delatora: a menor cantidad de género, más se devela del género humano.

 

Si es cierto que a medida que uno se aleja de la capital todo se empequeñece, a cuatrocientos kilómetros por la ruta 2 estas historias extraordinarias tienen menos que ver con las fábulas bonaerenses de Mariano Llinás y más con los relatos de Quentin Tarantino insolado en la Bristol. Las dos docenas de personajes se cruzan entre sí mientras uno se topa con un bolso repleto de dólares, otro dialoga con un extraterrestre en el baúl de un auto, unos padres separados buscan a una nena perdida y dos rufianes de medio pelo persiguen la mercancía. “Se imagina que se van a presentar muy amablemente: Jules Winnfield y Vincent Vega”, se delata Yuri V al citar a los antihéroes de Samuel L. Jackson y John Travolta en Tiempos violentos: es que Todos se escondieron ya es, literalmente, una pulp fiction y si en aquella el resplandor dorado que emanaba de una valija auguraba líos, tiros y misterios, acá una luminiscencia fucsia confunde a los marplatenses y los conduce al coito o el choque.

 

Queda hoy inaugurada la época de lecturas de veraneo y uno, que tiene doble ciudadanía porteña-marplatense, avala la propuesta de la contratapa: si alguna vez pasó una temporada en Mar del Plata, debería leer esta novela; si no lo seduce la idea de La Feliz, esta podría ser una forma de conocerla. ¿La tristeza no tiene fin? La felicidad tampoco. “En su cabeza a veces Mar del Plata es demasiado chica, a veces es demasiado hostil, otras es un recuerdo demasiado pleno, signado por la nostalgia de lo irrecuperable, y a veces es lo que es”, concluye Débora: “Mar del Plata es demasiado”.

 

Publicado en La Nación

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Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.