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Un brindis en su nombre

El nuevo Don Nicanor Single Vineyard Villa Blanca rinde tributo al fundador de Nieto Senetiner y se propone como un ícono perdurable.

Nieto Senetiner, Don Nicanor Villa Blanca
Foodies, logo“Bebe vino antes de que tu nombre desaparezca”: en su prosa poética, el matemático persa Omar Jayam, que vivió hace mil años, decía que la bebida expresa nuestra identidad. Se bebe con amigos y con familia y el placer hedonista se transfiere como una herencia. El “poeta del vino”, así le decían, sabía de la importancia de forjarse un nombre propio. Y ahora, un milenio después, la aparición de un vino nuevo rinde tributo a un patriarca legendario: el Don Nicanor Single Vineyard Villa Blanca es un homenaje al fundador de la gran bodega mendocina. La leyenda cuenta que allá por 1888 un grupo de entusiastas inmigrantes italianos plantaron los primeros viñedos en la localidad mendocina de Vistalba, Luján de Cuyo. En 1969, don Nicanor Nieto compró la bodega y, con su yerno Adriano Senetiner, amplió las instalaciones para cultivar más y mejores vinos. Y si a principios del siglo XXI se lanzó el primer blend con la marca Don Nicanor como reconocimiento a su legado, hoy llega a las vinerías un Single Vineyard que se anuncia como un ícono perdurable y que perpetúa el nombre del pionero. 
“Este Malbec es el mejor homenaje al fundador de la bodega”, dice Roberto González, enólogo de Nieto Senetiner: “Nos propusimos crear un vino con características únicas y así nació un Single Vineyard elaborado con uvas de nuestra finca histórica que representa perfectamente las particularidades del terruño de donde proviene”. El Malbec cosecha 2010 sólo produjo unas codiciadas 6264 botellas de un elixir particular. El suelo privilegiado, arenoso y profundo, de esa finca histórica ubicada a 950 metros sobre el nivel del mar alberga las vides que están ahí desde principios del siglo pasado: puro abolengo vitivinícola, ahí nomás de la Cordillera. Con el sistema de espaldero, allí se cosechan un notable Malbec, pero también las variedades Syrah y Cabernet Sauvignon. “La alta densidad de plantación, con 5500 plantas por hectárea, hace que las uvas se desarrollen con bajo vigor, logrando maduraciones muy largas, con bajos rendimientos y alta concentración, llegando a la cosecha con óptima madurez”, explican los enólogos. Si es cierto que el Malbec es la expresión singular de nuestro suelo, este Single Vineyard es único.
El espíritu de Don Nicanor se expresa cada vez que los viñateros ponen manos a la uva: las frutas son cosechadas manualmente y después pasan a la bodega construida en 1888, con un estilo colonial y techo de caña, donde se fermentan en pequeños tanques de 8 mil litros: en el proceso se extrae su color, su concentración, sus aromas y su cuerpo (pura alquimia que habría maravillado al patriarca Omar Jayam, siempre intrigado por la misteriosa aritmética del vino). Al momento del corte, se degusta barrica por barrica seleccionando solo las mejores de la temporada y, después del embotellado, la estiba es de 24 meses: dos años en los que alcanzan una personalidad indiscutible. A la hora del descorche, el Don Nicanor Single Vineyard Villa Blanca se expresa sin dudas. En la nariz, presenta aromas complejos a frutos negros, violetas y suaves notas de especias, como resultado de su paso de 24 meses por barrica de roble francés, lo que le “otorga mayor armonía, elegancia y complejidad”, en palabras de los enólogos. En la boca, se aprecian untuosos taninos, que hacen de este vino un persistente y largo Malbec.
La ascendencia ilustre también se expresa afuera de la botella: toda la línea Don Nicanor se renueva en una alquimia de clasicismo modernizado. Las etiquetas ahora lucen un chateaux afrancesado, acompañado por hileras de plantaciones, y las tipografías con serif expresan los valores tradicionales de sobriedad, elegancia y sofisticación. Pero además es un guiño inequívoco hacia el pasado porque aquí hubo un rescate emotivo: la ilustración de la casona fue la primera imagen que distinguió a la marca y que ahora regresa como nuevo rasgo distintivo. Así, Don Nicanor se confirma como la línea más icónica de Nieto Senetiner. Y fue presentada en Wine Home, la muestra anual que se realiza en Casa Nieto, la embajada porteña de la bodega mendocina que abre sus puertas para celebrar la cultura del vino: esta vez dirigida a miembros de la industria. Los salones amplísimos con molduras se dispusieron para que los enólogos y los agrónomos pudieran exponer las virtudes de este Single Vineyard, así como los nuevos Nieto Senetiner Blend Collection y Grand Cuvée, la línea premium de espumantes de la bodega.
¿Cuál es el secreto de la trascendencia? En el viñedo, cultivar las uvas que darán origen a vinos excepcionales. En la bodega, perpetuar esa magia que nace en el campo. “Ponemos especial cuidado en el tratamiento de las uvas y trabajamos en la permanente mejora continua de los procesos, acompañada de tecnología y de artesanalidad que nos permiten la elaboración de nuestros grandes vinos optimizando la calidad”, dicen en Mendoza los custodios de la herencia de Don Nicanor. Nuestro nombre será el legado más perdurable que dejaremos y por eso los versos del poeta del vino dan sentido al tránsito por este mundo: “Bebe, no sabes de dónde has venido; bebe, no sabes adónde irás”.

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Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.