“Según las últimas estadísticas, en 1998 éramos aproximadamente 55.000 familias dedicadas al cultivo con producción de 1.200 quintales, cubríamos el consumo nacional más la reserva estratégica de las torrefactoras y podíamos exportar… Hoy no sabemos cuántos sobrevivimos. El gobierno nacional nos ha regulado los precios siendo estos fijados por debajo de nuestros costos de producción (…). Todo esto después del tan anunciado Plan Café, de ser declarado por el presidente como Rubro Bandera y de invertir miles de millones en el cultivo, de expropiar una torrefactora con 120 años y de la creación de una empresa socialista con otra de 51 años en el mercado nacional acusadas de monopolio pero hoy es el gobierno quien controla el 70 por ciento de la comercialización…”: así se despacha Rosa Santaromita, una integrante venezolana de la Comunidad del Café, que nos envía al Facebook un reporte de la crítica situación del café en la República Bolivariana.
Ahora, el diario The Wall Street Journal confirma los pronósticos agoreros. Con el elocuente título “Chávez descafeiniza Venezuela“, el periódico económico neoyorquino empieza la necrológica del café venezolano con una cita del economista Milton Friedman: “Si usted pone al gobierno federal a cargo del desierto del Sahara, en cinco años habrá escasez de arena”. Según el diario, el uso de la hipérbole se justifica para explicar la situación del café en Venezuela después de que Hugo Chávez nacionalizara parte del negocio. Cito: “El año pasado, para el primer período de tiempo prolongado en la historia del país, Venezuela no produce suficiente cantidad de la cereza roja para satisfacer la demanda interna. Ahora se ha convertido en un importador de café y se enfrenta a una grave escasez”. Habrá más noticias para este boletín.
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