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Cincuenta años de amor y resistencia

¡GUERRA! ¡MURIÓ! En el periodismo gráfico, la tipografía catástrofe (así se llama, no es un invento sensacionalista mío) está reservada para los grandes acontecimientos, aquellos que ocupan la primera plana por su relevancia histórica. Con el mayor tamaño de letra posible, aquel que llene todo el ancho de la página, el título tiene la potencia de un afiche. “COME OUT!”, se implora desde la tapa de un periódico y la exigencia (¡salgan!) tiene un doble sentido: se arenga a la multitud lectora a tomar las calles pero también se la anima a asumir su identidad, a que salgan del clóset. En furioso blanco y negro, y con un precio de tapa de 25 centavos, el periódico cuelga hoy de una pared de la Biblioteca Pública de Nueva York, donde una exhibición celebra los cincuenta años de los disturbios de Stonewall con un título contundente: Amor y resistencia.

Una muestra en la Biblioteca de Nueva York recupera la historia a partir de Stonewall: la tragedia convertida en grito de liberación.

 

El 28 de junio de 1969, una redada policial irrumpió con gases y palos en el boliche Stonewall Inn del Greenwich Village neoyorquino, a unas cuarenta cuadras al sur de esta recoleta biblioteca. Entonces se dijo que fue el colmo: después de ser perseguidos durante décadas, y envalentonados por las luchas por los derechos civiles que encabezaban negros, hippies y mujeres, los gays y las lesbianas invadieron las calles. Fue una revolución. Parece difícil de creer que hace solo cincuenta años la homosexualidad estaba penada con multas o la cárcel en buena parte de Occidente, monstruosidad que hoy todavía sucede en algunos países de África, Medio Oriente y Asia, donde existe la pena de muerte para las personas que amen a otras de su mismo género. Custodiada por dos inmensos leones de granito, la muestra de la biblioteca exhuma para la posteridad la valentía de aquellos militantes. Amor: en una fotografía monocromática, dos mujeres de pelo corto se dan un beso húmedo frente a la mirada impotente de un policía que no sabe cómo hacer para detenerlas y, atornillado a la pared, un cartel de neón reproduce en colores brillantes las cuatro letras (l, o, v, e) que animaron a los manifestantes. Resistencia: otra instantánea rinde homenaje a los hombres de pelo largo del Frente de Liberación Gay que en aquel beligerante verano del 69 marcharon unidos y a cara limpia por Times Square, el epicentro comercial del mundo, cuando allí todavía no se montaban comedias musicales de Disney sino que era la tierra prometida de chulos y chaperos.

Hay ejemplares de las viejas revistas de fisicoculturismo (la tapadera editorial para mostrar cuerpos de hombres con una excusa deportiva), menúes de los bares de ambiente manejados por la mafia que  permitían el roce gay, fanzines mal impresos que se fotocopiaban entre los enterados con proclamas revolucionarias y fotos, muchísimas fotos, de aquellos valientes que se atrevieron a gritar en voz alta el amor que no se atrevía a decir su nombre. Cambiaron vergüenza por orgullo y así fueron héroes: tras una vida encerrados, salieron.

Publicado en Brando

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Nicolás Artusi

Es periodista y sommelier de café. Trabaja en radio, prensa gráfica, televisión y online. Escribe libros largos y artículos cortos. Fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.