Elaborada con almendras, aunque también hay de quinoa y arroz yamaní, la leche Lemy se anuncia como favorita de los baristas.
Dominado por el verde, ahora el reino vegetal ofrece otro color: blanco. En el ancho mundo del café lo que emulsiona fuerte es la leche vegetal. Sin saborizantes, conservantes ni nada raro, nace de las almendras, la quinoa o el arroz yamaní, entre otros ingredientes. Y como es elaborada con agua, no contiene colesterol ni lactosa: la pueden consumir quienes tienen intolerancia o alergia a estas dos sustancias. En mi habitual ronda de cafeterías descubrí que muchos baristas hoy prefieren usar leche de almendras, en lugar de leche de vaca, por todas estas ventajas y porque emulsiona bien sobre el café. Y así conocí a mis nuevos amigos de Lemy, una empresa familiar que produce leches 100% vegetales: la elaboración artesanal de la leche de almendras, sin aditivos ni conservantes, habilita una excelente emulsión con el café y por eso la eligen las cafeterías.
Según los que saben, la de almendras es la leche vegetal óptima. Favorita de los baristas por espuma, cremosidad y sabor, tiene gusto neutral y aroma refrescante. En Lemy producen 1 litro con 110 almendras (y eso es muchísimo). Elaborada además con agua, sal marina y azúcar rubia orgánica, dura veinte días refrigerada y tres días una vez abierta. Pero en la cafetería dura lo que tardan en prepararse lattes y cappuccinos: por su consistencia, va perfecta para lucirse con el arte latte. Detrás de Lemy está Aldana Ortiz (¡recién la conozco y ya la considero una amiga cafetera!): como una especie de chica superpoderosa del laboratorio, vivió cinco años en Italia y ahí conoció la fórmula de la preparación láctea: aprendió de Giuliano Poser, médico y nutricionista de Lionel Messi y otros deportistas, cómo llevar una alimentación nutritiva. Se viene un auténtico boom de las leches vegetales: habrá más noticias para este boletín. #AD
