Es oficial: los bebedores compulsivos tenemos un desorden genético. Este es el resultado de un nuevo estudio de la Escuela de Salud Pública y el Hospital Brigham y de Mujeres de Harvard en Boston, que fue publicado en la revista Molecular Psychiatry. Los investigadores realizaron un meta-análisis de todo el genoma de más de 120.000 bebedores regulares de café, identificando dos variantes genéticas (POR y ABCG2) relacionadas con el metabolismo de la cafeína y dos variantes de genes (BDNF y SLC6A4) que pueden influir en el efecto “gratificante” de la cafeína. Además, dos genes implicados en el metabolismo de la glucosa y de los lípidos (GCKR y MLXIPL) también se asociaron por primera vez a los efectos metabólicos y neurológicos de la cafeína. Conclusión: existen razones genéticas por las que la cafeína tiene efectos diferentes en cada persona, lo cual explica cómo los genes influyen en nuestro comportamiento cotidiano.
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La pasión por el café está en los genes

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