Un amor, de Sara Mesa
¿Y si me voy al campo? Después de la pandemia, el exilio interno tomó la forma de una fantasía y una posibilidad. El “piso”, como dicen en España, se vuelve opresivo para Nat, una joven traductora, que se muda a un caserío de La Escapa en medio del campo. Soy de los que temen más a la naturaleza que a la ciudad (¿agorafóbico tal vez?) y ese vergel, aun cuando los demonios se encarnen en un casero iracundo y un perro chúcaro, se me asemeja al infierno. Los problemas de la casa y los malos entendidos con los vecinos se vuelven una obsesión para ella. En su profesión de traductora, Nat descubre que al desgranar el lenguaje con tanto nivel de conciencia lo termina despojando de sentido. Y así se juega la vida en el campo, repleta de vacío, donde la extrañeza y el peligro derivan de un fatal error de comunicación.
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